Ley Minera, nueva mina de oro de ‘Napito

Por Carlos Pavón Campos

Resulta que Napoleón Gómez Urrutia, como es su costumbre, está buscando la forma de conseguir más dinero de donde sea y ahora con pretexto de la reforma a la ley minera, está exigiendo que las empresas paguen más impuestos, pero vamos por partes.

Qué tan absurdo puede ser su posicionamiento que él, que le robó 55 millones de dólares a 11 mil mineros y que lleva más de 15 años negándose a devolvérselos, está exigiendo a las empresas una serie de peticiones a nombre de sus representados. Con qué cara puede solicitar algo así, cuando él se ha encargado de explotarlos.

Aquel que es conocido por cobrar una de las cuotas sindicales más altas dentro del sector minero, que es señalado y evidenciado por darse una vida de lujos y excesos de ellas, está pidiendo encarecidamente una supuesta justicia para los trabajadores.

¿Cómo Napillo puede exigir más recursos a nombre de los mineros mexicanos? cuando todos sabemos que ni es minero ni es mexicano, sino canadiense.

¿No será más bien que Napillo, una vez más, anda tras el dinero de los empresarios? Recordemos que en varias ocasiones las empresas lo han denunciado ante las autoridades por extorsión

No olvidemos cuando exigió 100 millones de dólares a Grupo México para levantar las huelgas de Cananea, Taxco y Sombrerete, movimiento que supuestamente buscaba beneficiar a los mineros, cuando los involucrados ni enterados estaban de que Napillo los utilizaba como moneda de cambio en la negociación.

Esas huelgas eternas afectaron a miles de personas, muchos mineros no solo perdieron su empleo, sino que las familias se separaron, mientras que los pueblos que vivían también de la minería se convirtieron en fantasmas por la falta de dinero en la economía local.

El millonario senador de Morena no busca un debate de fondo, el mensaje es claro, lo que quiere es dinero, así se puede leer en sus redes sociales: “Impulsaré una Reforma Integral a la Ley Minera para obtener mayores ingresos”.

Pues sí, yo creo que ya imagina haciéndose una nueva casa en Canadá, en alguna zona privilegiada en México, o en cualquier otra parte del mundo, o bien anda tras otra colección de autos de lujo para sus hijos con el dinero que pretende sacarles a las empresas.

Si tan preocupado está por el gremio, ¿por qué nunca se ha visto a Napillo en las minas?, ¿por qué no ha buscado desde el Senado mejoras en las condiciones de seguridad e higiene a nivel nacional?, ¿por qué quedarse mudo ante el más reciente accidente en las minas y pozos de carbón en Coahuila?, ¿por qué enfocarse nada más en el dinero?, ¿por qué poner los recursos financieros en el centro y no a los trabajadores? Estoy seguro de que todos sabemos por qué.

Que Napillo empiece su reforma pagando los 55 millones de dólares, que reforme la vida de esas 11 mil familias que estafó. No caigamos en jueguitos ni en falsos discursos, dejemos de lado a los impostores ni de los que sólo creen que la minería es cuestión de dinero, nos queda claro, el discurso serio no está ahí.

Busquemos sí, una reforma a la ley minera que beneficie a los trabajadores, que los involucre, que analice las condiciones actuales en el país, que garantice la conservación de los empleos y que priorice la creación de fuentes de trabajo, que responda al cuidado de la naturaleza y a la sustentabilidad, y sobre todo que la seguridad sea una realidad en todas las minas del país.